Patricia Bolinches
Patricia Bolinches, como Chopin o Scriabin, compone nocturnos. Para ello, en lugar de piano y pentagramas, utiliza corazón y tijeras, lo cual resulta en criaturas noctámbulas, noctívagas, lunáticas: hermosas mujeres con cabeza de caléndulas u hombres enamorados cabalgando a lomos de un faro.
Los collages de Patricia Bolinches invitan a trasnochar, a desvelarse, a enfocar el telescopio hacia la noche lejana, pero son también bromas, a menudo sensuales, que nos desarman. Como estar mirando la góndola de la luna a través de un telescopio y de repente, sin darnos cuenta, comprender que la luna es en realidad una cerradura por la cual espiamos a una dama.
Pero sus nocturnos, como los sueños, abarcan mucho más: tortugas, revolucionarios, músculos, pájaros de toda clase, América en los 50, piscinas, calistenia, celos, esquiadores y un sinfín de sombreros de época. Galaxias de bombines y Fedoras. Constelaciones de tacitas de café.
Patricia Bolinches, diseñadora gráfica y collagista que vive bajo el influjo selenita.
http://atijerascorazon.tumblr.com
La obra de Patricia Bolinches en el programa de RTVE La Aventura del Saber, Octubre 2015.
La obra de Patricia Bolinches en el programa de RTVE La Aventura del Saber, Junio 2017.
Abrazar la obra de Patricia Bolinches ,por primera vez, es descubrir el arte de lo exquisito, el gusto por el detalle, del trabajo cuasi artesano, tijeras y corazón en lo que hace.
Mujer amante de lo bello allá por donde vaya o pase.
Ritmo,
cadencia de lo elegante,
del brillo de la luna,
del baile.
De los sonidos aterciopelados,
ambrosía en las imágenes.
Nos llena los ojos de poemas visuales,
de pequeños gestos y rituales.
Nos invita a coger un Chevrolet
y escapar, sin mirar atrás, de nuestro mundo inanimado.
Rumbo no sabemos dónde,
escapando de rutinas,
hacia paisajes que, alguna vez, habíamos soñado.
Caídas al vacío,
miradas al infinito,
escaleras y precipicios,
caminos que no llevan a ningún lado.
Cerillas que no combustionan,
imposibles logrados,
faros y flores,
aviones y aeroplanos.
Llaves que se nos ofrecen
para cruzar al otro lado.
Hombres sin rostro,
paisajes televisados.
Fauces abiertas,
manchas de tinta y abecedarios.
Mecheros rojo fuego,
pasiones y deseo
Corazones ramificados.
Nubes,
agua,
misterios y hielo.
El mar y los barcos,
agujeros.
Bolígrafos,
sofás que engullen la tristeza
y los anhelos.
Mapas y hogares,
damas y caballeros,
pasen y vean,
este es su patio de recreo.
Toda obra de Patricia Bolinches es poesía y es desvelo,
música a los ojos de quien reclama ,de vuelta, lo bello.
Aida Moratón