Luego de egresar del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda, Buenos Aires, Argentina, en la década del 90, emprendí un camino de indagación y exploración artística muy íntimo, autodidacta, si bien muchas veces me he valido de excelentes maestros. Compuse letra y música de canciones, escribí y publiqué cuentos, pinté cuadros, tomé clases de fotografía, expuse obras, aprendí a hacer y reciclar papel, asistí a talleres de encuadernación, descubrí la fotografía estenopeica, los procesos fotográficos alternativos (me enamoré de la cianotipia) y me atreví a incursionar en el grabado.

 

Un día, casi al azar, me encontré con una tijera en la mano fragmentando realidades y creando otras totalmente distintas. Esto ha sido una señal y un punto de inflexión en mi recorrido. El collage llegó para quedarse: me cautivó por completo. Es mágico y lúdico. Me hace ser una artista desenfadada, rebelde, divertida, surrealista.

 

Nada mejor que estos versos de “El corazón mágico”, escritos por el poeta español Emilio Prados, para expresar lo que el collage provoca en mí:

 

 

Abrí la caja de los peces

y se cuajó el cielo

de luceros verdes…

 

 

 

​

Instagram: @monique_more