Irene Cruz tenía muy claro a lo que quería dedicarse desde muy temprana edad y su obra es fundamentalmente fotográfica, aunque en cierto momento fue incorporando otras disciplinas como es el caso del videoarte o el cine ya que, la puesta en escena para realizar sus fotografías es un proceso performativo que casa muy bien con estos medios. 

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También lleva tiempo explorando la pintura y de ahí surge la idea de su última serie RGB, una reflexión sobre los límites de las diferentes disciplinas artísticas y el valor  que se le ha dado a cada una de ellas a lo largo de la historia. 

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Si tuviera que elegir tres palabras para definir la obra de Irene éstas serían: luz, naturaleza y espiritualidad. Y es que la artista, pese a su juventud, ha adquirido una personalidad destacada, con un estilo muy reconocible por todos.

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Es difícil que sus imágenes no nos atraigan y seduzcan, sobre todo por el aura de misterio y poesía dentro de sus atmósferas, que tienen un ambiente cinematográfico, pero también por el hecho de que sabe diluir fronteras entre conceptos que podrían parecernos a priori opuestos: naturaleza y presencia humana, ficción y realidad.

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Es muy interesante destacar que, con un toque ligero y profundo, el enfoque de la fotografía de Irene es inusual, ya que generalmente pone frente a su objetivo a amigos o personas de su entorno, lo que da como resultado unas imágenes de notable naturalidad e intimidad.

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En sus obras la gran protagonista es la mujer sin rostro, universal, que no podemos asociar a ninguna persona o cuerpo. Encontramos desnudos de espalda o de perfil, muchas veces solo son fragmentos corporales, en completa armonía con la naturaleza. En sus últimos trabajos ha querido también romper con esto y ha introducido hombres y rostros, como una lógica evolución dentro de la misma.

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La obra de Irene tiene una clara intención, pretende que nos sumerjamos en su mundo interior. Su obra no solo refleja estados de su subjetividad, sino que es autorreferencial. Sus imágenes son un reflejo honesto de quien es ella y nos hablan de su propia evolución, no solo como artista, sino también como ser humano. Sus escenas nos cuentan y reflexionan sobre experiencias o personas que le han marcado, pero son sentimientos que nos pertenecen a todos: La soledad, y sus múltiples intersecciones posibles (deseo, exploración, melancolía), el amor, la amistad, el dolor y el autoconocimiento son los nexos comunes del conjunto de su producción.

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Nati Grund

 

www.irenecruz.com

Las obras de Irene Cruz en el programa de RTVE La aventura del Saber. Marzo de 2022.