Arturo Comas
Lo absurdo de la acción de Comas siempre nos conduce a la risa o a la sonrisa. Aunque, también, nos imaginamos algún ceño fruncido. Puesto que, pese a que no es extraño pensar en el humor de lo absurdo, este no siempre viene acompañado de entendimiento. En ocasiones sonreímos en situaciones ilógicas que son crueles y no lo sentimos raro. La tradición que precede al artista sevillano irrita a muchos y confiere comodidad a otros. De esta manera, como lo hiciesen los precursores de las investigaciones sobre el absurdo -escritores, dramaturgos y artistas- después de las dos guerras mundiales (especialmente desde los años cuarenta y cincuenta), el humor abre un espacio para poder expresarnos fuera del dolor sobre nuestra propia existencia. Y así, hasta la ilógica cruel disipa el malestar insoportable cuando se nos muestra en una pantomima o en una acción delirante. El absurdo, como plantea Arturo Comas, produce ese mismo impasse que en los trabajos de sus predecesores: paraliza el tiempo, ralentiza la rapidez y el consumo, suspende en el aire el dolor, lo práctico y lo coherente para preguntarnos: qué es, por qué esto, para qué sirve todo esto. Cuestiones que evidentemente como un día ya señaló Albert Camus podrían estar reflexionando sobre nuestras vidas: qué es la vida, por qué la vida, para qué sirve una vida. Y, no obstante, Comas – que no Camus, no juguemos a la confusión en demasía- decide que esas cuestiones sean contestadas por la experiencia de cada uno desde una perspectiva casi disparatada.
(Extracto de “En la invención de lo absurdo. Arturo Comas y el arte de lo inútil”)
Johanna Caplliure
Las obras de Arturo Comas en el programa de RTVE La Aventura del Saber. Mayo de 2019.